Ernesto Guevara, ejemplo para las presentes y futuras generaciones de cubanos y latinos.
Hay hombres que viven físicamente poco tiempo pero son creadores de una historia de hazañas que los convierte en titanes, entre esas personas gloriosas está el argentino-cubano Ernesto Guevara de la Serna, un héroe devenido en símbolo universal por sus principios ideológicos, constante defensa de los humildes en cualquier parte del mundo.
Al recordarlo este ocho de octubre, en el aniversario 46 de su asesinato, reafirmamos que hombres como el Ché, no mueren, la historia los inmortaliza como paradigmas para las presentes y futuras generaciones de cubanos y latinoamericanos.
Por eso pioneros y jóvenes quieren ser como él, porque vislumbran su rica trayectoria política forjada en solo 39 años de vida física, llena de sacrificios, consagración al estudio, al deber revolucionario, a la lucha antimperialista y al internacionalismo proletario.
Como médico vino en el Granma, pero su espíritu le permitió forjarse en combatiente revolucionario en la Sierra Maestra, surgir como soldado y comandante indomable, alto jefe guerrillero y uno de los principales dirigentes cubanos al triunfar la Revolución.
Tras el luminoso Primero de Enero de 1959, continuó su bregar libertario, lo hizo saber en su carta de despedida “otras tierras del mundo reclaman el concurso de mi modesto esfuerzo”, así forjó ese ideario de lucha por la libertad de pueblos explotados en África y en Bolivia, hasta que el ocho de octubre de 1967, manos asesinas lo enaltecieron como símbolo del internacionalismo, coraje y ejemplo para las presentes y futuras generaciones de cubanos y latinos.
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