La dignidad de la Protesta de Baraguá
La historia de Cuba está llena de acontecimientos relevantes, donde sobre sale el patriotismo de sus hijos en defensa de la independencia, la soberanía y sus ideales, uno de esos trascendentales episodios lo constituye la Protesta de Baraguá, acontecida el 15 de marzo de 1878.
Este hecho, protagonizado por Antonio Maceo y los mambises que le acompañaron, tuvo extraordinaria significación histórica porque enseñó que los principios en los que uno cree y defiende, nunca son negociables; demostró la intransigencia revolucionaria y firmeza de las ideas de Maceo y sus compañeros de continuar la lucha.
La Protesta de Baraguá la contundente respuesta histórica al Pacto del Zanjón porque aquella paz no significaba ni la independencia de Cuba, ni la abolición de la esclavitud, esa virtud la tuvieron los mambises seguidores del hombre que tuvo una postura inolvidable para los cubanos, al protagonizar uno de los acontecimientos más gloriosos de nuestra historia.
Aun cuando el patriotismo se mantenía dentro de las filas insurrectas, las contradicciones generadas impedían el desarrollo de un plan único y coherente para lograr el triunfo definitivo. Con tal actitud el bravo cubano elevaba todavía más el respeto y admiración sentidos por aquellos que le rodeaban y habían decidido secundarlo en su decisión de enfrentar al máximo representante del gobierno hispano en Cuba y manifestarle su decisión de mantenerse sobre las armas.
Fidel Castro, en el discurso del 10 de octubre de 1968 en ocasión del Centenario del inicio de nuestras luchas independentistas, expresó: “ cuando debilitadas las fuerzas cubanas por la discordia el enemigo arreció su ofensiva, empezaron a evidenciarse las vacilaciones de aquellos elementos que tenían menos firmeza revolucionaria, pero en el instante de la Paz del Zanjón, que puso fin a aquella heroica guerra, emergió con toda su fuerza y toda su extraordinaria talla, el personaje más representativo del pueblo, el personaje más representativo de Cuba en aquella guerra, venido de las filas más humildes del pueblo, que fue Antonio Maceo “.
Inspirados en el símbolo de la Protesta de Baraguá, los cubanos ratificamos las banderas de lucha enarboladas hace 133 años de mantener al precio que sea necesario la libertad plena conquistada el primero de enero de 1959, la que defendimos con sangre hace 50 años en Playa Girón, cuando el agresor imperialista trató de sojuzgarnos nuevamente.
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