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Florida Ayer y Hoy

El Granma continúa su impetuoso rumbo hacia el futuro

Hace  56  años, el  dos  de  diciembre de  Mil  956, después de una semana de tormentosa travesía, el yate  Granma arribó  a Cuba procedente de Tuxpan, México,  con su preciosa carga humana  de  82  hombres  a  bordo  comandados por  Fidel Castro, dispuestos  a iniciar  la  lucha armada para  derrocar  el  régimen  sanguinario  de  Fulgencio  Batista.

Las primeras horas  y  días de  aquella  epopeya resultaron  muy  difíciles para  los  expedicionarios, fueron  jornadas llenas de  mucho  valor  y  patriotismo , imbuidas  de las  ansias  libertarias , que  a  su  vez  matizaron  la forja  del  naciente  Ejército  Rebelde, encargado  de  llevar  a  cabo  la  lucha  armada  definitiva  por  la  independencia del país.

 Solo la voluntad inquebrantable de luchar y vencer quedaron intactos y terminaron por imponerse a la adversidad de aquel momento que, años más tarde en sus relatos de la guerra, el comandante Ernesto Che Guevara, con su reconocida capacidad de observación y agudo sentido del humor, calificara como “algo más semejante a un naufragio que a un desembarco”.

Después seguirían, en rápida y dramática sucesión, el serio revés sufrido en Alegría de Pío, la dispersión de la tropa insurrecta, la persecución implacable de los pequeños grupos aislados, la caída en combate y el asesinato de varios expedicionarios, ocurridos entre el seis y el 16 de diciembre, hasta el reagrupamiento en torno a Fidel en Cinco Palmas, dos días después.

Entonces el Líder  de  la  gesta demostró, como lo haría a lo largo de todos los años posteriores, el valor de las ideas y las convicciones como factores de triunfo, cuando de pie, frente a siete hombres maltrechos e igual número de fusiles, expresó: “ ...Vienen con sus uniformes, y con sus balas, y con sus fusiles, ¡Ahora sí los días de la tiranía están contados ¡ “

Y no exageraba. Solo un mes más tarde de aquel audaz vaticinio, el 17 de enero, con 21 combatientes bajo su mando, libró su primer combate victorioso al rendir a la guarnición del ejército de la tiranía en el cuartel de La Plata.

Con la derrota sufrida aquel día, el dictador Fulgencio Batista se vio obligado a reconocer la existencia del núcleo revolucionario. De ese modo esta etapa de la lucha por la liberación de la nación cubana dio un viraje y comenzó a confirmarse lo acertado de la estrategia trazada por Fidel.

El espíritu de combate anidado en el Granma se expandiría por las Sierras y ciudades hasta marcar el curso de los acontecimientos en el país , permitió la  victoria  el  primero  de  enero de  MIL 959  y  continúa  hoy  su  impetuoso  rumbo  hacía  el  futuro  en  Cuba  y  América  Latina.

 

 

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