Renunciará el Papa Benedicto XVI
El Papa Benedicto XVI anunció este lunes que renunciará al Pontificado el próximo 28 de febrero, una situación que no se había dado en los últimos seis siglos.
Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino", dijo durante el Consistorio Ordinario Público para la canonización del beato Antonio Primaldo y sus 800 compañeros mártires de Italia y de dos beatas de América Latina.
No había una renuncia del Sumo Pontífice desde 1415, cuando lo hizo Gregorio XII. Joseph Ratzinger, de 85 años, es Papa desde el 2005, tras la muerte de Juan Pablo II.
"Lo dejo por el bien de la Iglesia", afirmó Benedicto XVI, quien ya en el 2010, en su libro entrevista La luz del mundo, de Peter Seewald, había dicho que "cuando un Papa llega a la clara conciencia de no ser más capaz física, mental y espiritualmente de desarrollar el cargo que le ha sido encomendado, entonces tiene el derecho, y en algunas circunstancias también el deber, de dimitir", refiere la Radio Vaticana.
El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Federico Lombardi, informó que Benedicto XVI permanece en sus plenas funciones hasta el 28 de febrero a las ocho de la noche, hora de Roma. Iniciará entonces la situación de "sede vacante", regulada, desde el punto de vista jurídico y canónico por los textos que se refieren a la "sede vacante" en el Código de Derecho Canónico y en la Constitución Apostólica.
Así, los cardenales se reunirán para elegir al siguiente Papa, y en esta ocasión no tendrán que esperar los nueve días de duelo obligatorios cuando un Pontífice fallece.
La elección del nuevo Obispo de Roma se realiza en secreto, durante un acto único en el mundo. Los cardenales se recluyen en la Capilla Sixtina, ubicada en el Vaticano, hasta decidir el nombre del sucesor. El proceso puede tomar días y en siglos anteriores hubo casos en los que duró semanas, meses y hasta años.
La reunión se conoce como Cónclave, e indica que los cardenales se reúnen "bajo llave". No se les permite ningún contacto con el mundo exterior hasta que se produce la elección. La única señal de lo que ocurre en la Capilla Sixtina proviene del humo que surge dos veces al día de su chimenea, visible para las multitudes que aguardan en la plaza de San Pedro. El humo blanco indica que se ha nombrado Papa; el negro, que ningún candidato ha logrado un número suficiente de votos.
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