Los niños de Florida prueban que lo esencial es la vida.

 

Por  Pedro  Pablo  Záez

 

Tal vez para la mayoría de los floridanos, acostumbrados a disfrutar, como el resto del país, de un sistema de salud  garantizado, gratuito y universal, la noticia del record alcanzado aquí en la reducción de la mortalidad infantil al cierre del DOS MIL DIEZ  no levantó demasiado revuelo ni muchos comentarios.

Sin embargo es preciso regresar más de una vez a este indicador de vida, para decir que la cifra de UNO COMA DOS fallecidos por cada MIL niños nacidos vivos registrada en esta comarca, estuvo por debajo de la media provincial y nacional, y a muy pocos  metros de otros territorios que cerraron el calendario con CERO mortalidad.

Si se quiere ir más lejos en las comparaciones basta señalar que los resultados de Florida en el Programa Materno Infantil  se van muy por encima de varios  países desarrollados y del llamado Primer Mundo, donde por ejemplo Estados Unidos y Canadá reportan cifras de SIETE y SEIS muertes de infantes por cada MIL nacimientos de manera respectiva, según fuentes regionales.

Es imprescindible comentar y resaltar que Cuba, al inicio del periodo del triunfo revolucionario, heredó la dolorosa verdad de una tasa de mortalidad infantil de casi 40 niños, realidad que demandó en 50 años una política responsable y cargada de humanismo, en busca de seguridad para el embarazo, al momento del parto y durante el primer año de vida del bebé y su progenitora de forma especial.

Jamás se hablo aquí de cuanto cuesta una consulta  especializada de genética o de ginecología y obstetricia. Jamás se cuantificó frente a la familia feliz por un nacimiento exitoso el valor monetario de una   cesárea, el costo de los cuidados postnatales o la cuantía de ultrasonidos, atenciones estomatológicas, pediátricas o de los módulos de vacunación garantizados a todos los  lactantes.

Nuestro sistema de salud gratuito pero costoso seguirá apostando por la calidad de vida  del pueblo y de manera particular de nuestros niños.

El  1,2 de mortalidad infantil materializado en Florida en  el  2010 muestra el valor  del sistema social que defendemos y cuanta razón tienen la dirección del Partido y de la Revolución cuando  convocan a trabajar duro en el plano económico para preservar  conquistas humanas y sociales de gran impacto como la  supervivencia de cada infante.